PISSARRO, UN OASIS EN MADRID

Camille Pissarro - El Huerto en Éragny (1896)
Camille Pissarro – El Huerto en Éragny (1896)

 Alfonso Boza | 18 Agosto 2013

 Ante el calor que reina en estos meses en Madrid, un oasis de vegetación y color se abre ante nosotros en pleno Madrid. Pissarro, la primera exposición monográfica en España dedicada a la figura del gran pintor impresionista, se presenta como una alternativa excepcional al calor que despreden aceras y asfalto. Un universo de color distribuido en frondosos bosques, pueblos de campiña y ciudades lluviosas evocan al espectador la paz que la ciudad muchas veces arrebata.

La exposición se halla en la planta baja del museo, y se articula en orden cronológico y atendiendo a los viajes que el pintor francés realizo en diferentes puntos de Francia y en Londres. Como si de una contInuación a la previa Impresionismo y Aire Libre. De Corot a Van Gogh, en la primera sala se aprecia la influencia del alumno, Pissarro, y su maestro, Corot, impulsor de la corriente de pintura al aire libre de mediados del s. XIX. Paisajes más definidos, donde comienzan a aparecer las pinceladas que darán luz a sus cuadros impresonistas. Es curioso como Pissarro, en un alarde de originalidad convierte su propia paleta en una obra de arte en La Paleta del Artista con Paisaje.

En las siguientes salas se contempla un Pissarro claramente impresionista, que representa la paz, cotidianidad y el silencio de la vida en el campo. Una granjera atiende a sus ocas, mientras una figura solitaria a caballo se aleja atravesando el antiguo camino de Ennery, Pontoise, navegando un mar de pradera y bajo el manto de un azul infinito, dirigiéndose al encuentro del cielo y la tierra. Sorprenden los trabajos de retratos y bodegones que rompen con la temática general de la exposición y resaltan a su vez la genialidad del autor. En La Joven Criada podemos adivinar de quien aprendió Renoir. El Retrato de la Hija del Artista clava su mirada en aquel que lo ve y le devuelve la ternura que le ofrece el espectador.

En la sala decicada a su estancia en Eragny, se muestra la experimentación de Pissarro con el puntillismo. Obras como El Huerto en Éragny la luz se irradia desde un suelo de puntos verdes infinito, y a su vez lucha por colarse entre los huecos del ramaje de los habitantes del sembrado. Finaliza la exposición con la incursión de Pissarro en el paisaje de ciudad. En contraste con lo anterior, se muestra la frialdad de la ciudad industrial. Barcos a vapor atraviesan una niebla blanca y fina, espectral. Por otro lado Paris, frio y lluvioso aceptando el invierno. Una enfermedad ocular le obligó en sus últimos años a retratar las calles desde la ventana de un hotel. Asi, de este modo, vemos la evolución de la Rue de Saint Honoré. Lluvia, reflejos de carros y gente oculta bajo sus paraguas en Rue de Saint-Honore. Efecto Lluvia.

Hasta el 15 de septiembre Pissarro estará refrescando los días de Madrid. En el Museo Thyssen-Bornemitza.

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