Dejándonos llevar por RENOIR

Alfonso Boza | @red_halcon | 30 diciembre 2016

Esta semana estuvimos visitando la exposición Renoir: Intimidad, apurando el último mes que la primera restrospectiva del pintor estará expuesta en el Museo Thyssen-Bornemisza. Con una gran afluencia de público (si vas a ir estos días, reserva), pudimos disfrutar de la experiencia sensorial que la obra de Renoir aporta al espectador, en pinturas donde la figura humana es protagonista, bien viviendo momentos privados o integrándose en la naturaleza.

 

La exposición se haya organizada en temáticas, pero aún así es evidente la inquietud de Renoir por innovar, desconocida para el gran público. Todos tenemos en la retina un par de obras icónicas del pintor, pero en Renoir: Intimidad nos damos cuenta de la variedad de estilos que empleó a la hora de ejecutar sus obras. Podemos estar contemplando La Maceta Verdey darnos cuenta cuan diferente es de La Trenza, dispuesta justo a su derecha, y pintada por Renoir con 5 años de diferencia.

Pierre-Auguste Renoir - Confidencias (1874)
Pierre-Auguste Renoir – Confidencias (1874)

 

Aparte, Renoir: Intimidad muestra, cómo no, la alegría, felicidad y calma, que transmiten sus obras. La luz filtrada sobre la calidez de los protagonistas de Confidencias (1874) es asombrosa. La unión entre lo público, un mar de vegetación donde unos actores ajenos a la mirada del espectador gozan de una tarde de paseo, y lo privado, donde el foco está en la figura humana disfrutando de la cotidianidad.

 

No sólo Renoir nos transmite en esta retrospectiva sensaciones a través de la actitud de las personas con otras y su entorno. Su maestría en el uso del color y la pincelada hace que casi podamos tocar el campo. En la penúltima sala dedicada a los paisajes, podemos sentir el tacto de las espigas en Campo de trigo (1879), por poner un ejemplo.

Pierre-Auguste Renoir - Campo de trigo (1879)
Pierre-Auguste Renoir – Campo de trigo (1879)

 

La última sala se dedica a las Bañistas que Renoir retrató desnudas, figuras rotundas, marmóreas, revisitando a pintores como Rubens o Miguel Ángel, y que a su vez influirían en generaciones posteriores al francés (Picasso compró varios de estos cuadros de Renoir de esta temática).

Renoir: Intimidad es una explosión para los sentidos, que finzaliza vistando la instalación «Un hermoso jardín abandonado», donde el visitante puede sumergirse en su obra a través del tacto, oido, vista y olfato. Literal.

 

Renoir: Intimidad estará hasta el 22 de enero en el Museo Thyssen-Bornemisza.

 

«La obra de arte debe apresarte, envolverte, llevarte» 

Pierre-Auguste Renoir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.